Hubo un tiempo en el que el gran Weng Weng era todo un capillita, un beato de mucho boato, de los que tachan los días en los almanaques como en una Final Countdown, esperando ansioso la gran semana de
Dado su prodigioso cuerpo hercúleo a Weng Weng no le bastaba con salir de costalero en un solo paso, él participaba en todos los que podía, dándose en ocasiones el caso de participar como costalero en varios pasos procesionales en una sola noche. Desde el Domingo de Ramos con
Aunque muchas personas elogiaban estas proezas sobrehumanas, no eran pocos los que le criticaban, sobre todo otros costaleros, para ser más concretos los del lado del paso que compartían el peso con Weng Weng.
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